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Breve presentación del gas como combustible fósil para calefacción

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Junto con el gasóleo, el gas es una de las fuentes de energía primaria más importantes de España. No sólo la industria necesita mucho gas. Este combustible fósil también es indispensable para calentar edificios de viviendas y apartamentos. Las estadísticas oficiales muestran la importancia del gas en el sector de la calefacción y confirman que los sistemas de gas figuran entre los más utilizados. Alrededor de dos tercios de todos los generadores de calor utilizan gas.

El gas como energía y combustible de origen para sistemas de calefacción

El tipo más conocido de sistema de calefacción funciona con gas. Quema el combustible, generando calor en el proceso. Puede quemar el combustible no sólo en forma gaseosa, sino también en forma líquida (gas licuado). Pero no es el único tipo de calefacción que utiliza gas como fuente de energía. Las unidades combinadas de calor y electricidad, por ejemplo, queman gas para mover una turbina, que a su vez genera electricidad y calor. Las bombas de calor también utilizan electricidad o gas como energía motriz para accionar un compresor. Un tipo especial de sistema de calefacción es la pila de combustible. También utiliza gas como fuente de energía para generar calor y electricidad. Pero aquí está el truco: no quema el gas, sino que lo separa químicamente. El combustible real en este caso no es el gas en sí, sino el hidrógeno reformado a partir de él.

Formación y reservas

La imagen muestra una planta de procesamiento de gas como combustible.

El gas, en este caso el gas natural, se forma de manera muy similar al gasóleo crudo. Ambas materias primas se formaron hace varios millones de años a partir de sustancias orgánicas y yacen en yacimientos, algunos de ellos enormes. El gas natural en sí es una mezcla de metano, nitrógeno y otros hidrocarburos como etano, propano y butano. Entre otras cosas, puede extraerse de las profundidades mediante perforaciones. Hace apenas unos años, el gas natural se quemaba en su mayor parte como subproducto de la extracción de petróleo. Esto no sólo supone un despilfarro de recursos, sino que además contamina el medio ambiente a largo plazo. Desde entonces, los gobiernos de los países productores han aprobado leyes que prohíben la quema en antorcha.

Desde que los océanos primigenios cubrieron gran parte de nuestro planeta hace millones de años, el gas natural se encuentra en casi todas las regiones del mundo. Oriente Medio posee las mayores reservas, seguido de Europa y Eurasia. Sin embargo, la lista de países con mayor volumen de producción no la encabeza Arabia Saudí, por ejemplo, sino Estados Unidos. Alemania también tiene reservas de gas natural de unos 123.000 millones de metros cúbicos. La extracción se concentra en Sajonia-Anhalt. Pero el gas también puede producirse de forma renovable. El conocido biogás se produce a partir de biomasa como el maíz, la remolacha azucarera u otros cultivos energéticos en plantas especialmente construidas para ello.

Reservas y recursos

Cuando se plantea la cuestión de si está garantizado el suministro de gas en los próximos años, hay que distinguir en primer lugar entre reservas y recursos. Las reservas se refieren a las cantidades ya descubiertas, mientras que los recursos se refieren únicamente a los yacimientos que aún no son económicamente explotables. Según un informe de la petrolera británica BP, las reservas de gas natural tardarán 55,1 años en agotarse por completo.

Esto suponiendo que el consumo se mantenga constante. La empresa ha tomado como base para este cálculo las cifras de 2014. Ese año se consumieron en todo el mundo casi 4.000 billones de metros cúbicos de gas. En comparación con las reservas ya disponibles, la cantidad de recursos que aún no es científicamente posible extraer es considerablemente alta. La Asociación Alemana de Gas Natural, Petróleo y Geoenergía (BVEG) parte de la base de que hay gas natural suficiente para hasta 260 años.

Ventajas de utilizar gas

Quemador de gas Matrix

El uso del gas tiene muchas ventajas tanto para el usuario como para el medio ambiente. Gracias a su alto contenido energético, los propietarios de las instalaciones se benefician de una calefacción extremadamente económica, sobre todo si la caldera utiliza tecnología de condensación. En el apartado Ventajas de la tecnología de condensación a gas encontrará más información sobre lo que hace que esta tecnología sea tan especial. Una cosa es cierta: en comparación con otros combustibles fósiles, el gas se quema de forma muy limpia. Emite menos CO₂ que el gasóleo, por ejemplo, y apenas produce contaminantes como óxidos de nitrógeno o dióxido de azufre. Esto supone una menor carga para el medio ambiente.

La industria también depende de este combustible. En particular, el gas desempeña un papel importante en la generación de electricidad. A diferencia de las centrales eléctricas convencionales, las centrales de gas natural pueden aumentar y disminuir su potencia según las necesidades. Por eso se utilizan a menudo para equilibrar los picos de carga de forma rápida y fiable. Otra ventaja es la red de distribución, muy bien establecida.